Prueba de conducción: Citroën Grand C4 Picasso 2.0 BlueHDI 150 EAT6

Para resistir mejor la llegada de su mejor enemigo, el nuevo Renault Grand Scenic, el Citroën Grand C4 Picasso ha recibido un lavado de cara, aunque bastante tímido. ¿Es suficiente para seguir en el juego? ¿Quieres encontrar tu coche de ocasión en Barcelona al mejor precio? Elige el concesionario de coches ocasión en Barcelona Crestanevada.

 

Una rejilla frontal. En la puerta trasera, el interior de los chevrones, ahora negro. Más arcos de techo satinados. Dos nuevos colores, un azul y este beige arena. Algunos refinamientos tecnológicos, como el control de crucero adaptativo, la lectura de señales y el portón trasero motorizado.

 

No es mucho, pero eso es lo nuevo del Grand C4 Picasso 2016. Y es una señal de que los cimientos del Grand C4 Picasso son lo suficientemente sólidos como para que siga viviendo de sus logros unos cuantos años más. Dicho esto, su aspecto, aunque un poco fuera de lugar en el panorama de los monovolúmenes, sigue estando en la foto. Y con sus luces LED 3D en la parte trasera en el acabado Shine, el más alto de la gama, conserva incluso un cierto modernismo en movimiento y Citroën habría hecho mal en revolucionarlo, porque el C4 Picasso y su hermano mayor van bastante bien en términos de ventas, ya que esta generación ha vendido ya más de 300.000 unidades. Este restyling llega en el momento justo para hacer frente a una nueva competencia, el Renault Scenic y el Opel Zafira, entre otros.

 

En el interior, no hay nada que vaya a cambiar los hábitos de los que están acostumbrados al coche, aparte del sistema de infoentretenimiento que ahora cuenta con la función Mirror Link. Por mi parte, hacía mucho tiempo que no me subía a un Grand C4 Picasso y he apreciado mucho la sensación de espacio y luminosidad, con el gran parabrisas y el techo de cristal (opcional a 650 euros), así como la calidad del ensamblaje y del equipamiento, con asientos agradables (por supuesto, el cuero Nappa negro y beige cuesta 2.350 euros, pero viene con los asientos calefactados). Tampoco hay nada de lo que quejarse en cuanto a la calidad del salpicadero, con un buen trozo de plástico espumado y chapas de aluminio en las salidas de aire. Todo ello está muy bien elaborado.

 

Y luego están los pequeños detalles que te hacen sentir bien: la delgada palanca de cambios en el salpicadero, que recuerda a la del DS, y el cuentarrevoluciones y el velocímetro en los extremos de la pantalla central del salpicadero, que recuerdan al cuentarrevoluciones del CX.

 

Si quieres gastarte más, el sistema de sonido JBL de 550 € puede ser una buena opción. De hecho, fui a ver a un colega cuyo trabajo es ese (el tipo es director de sonido en una gran emisora de radio nacional y es de los que se compra un coche con la calidad de sonido como criterio principal, siempre que tenga cambio automático, quedando en segundo lugar el volumen del maletero y el espacio para sus dos minis). De hecho, yo había puesto el sistema Bowers & Wilkins en el Volvo XC90 T6 y él no sólo se quedó alucinado, sino que admitió que era la primera vez que oía un sonido así en un coche. Aquí, por supuesto, no es tan de gama alta, pero sigue sin estar mal. La opinión del profesional: «Es un sonido bastante formateado, típicamente americano. Los graves no están mal, están ahí, pero les falta un poco de grosor. La mayor crítica que puedo hacer es que los agudos son un poco secos. ¿Oyes la cuerda de la guitarra? No tienes la emoción de la gota de sudor que corre y lo calienta todo. Pero por 550 euros, no está nada mal. ¿Compraría este Grand C4 Picasso JBL, el profesional del sonido? Pues no: la sinceridad del toque de la guitarra no es negociable. Está bien, pero esperemos por su bien que Lada o Dacia nunca se asocien con Dynaudio…

 

Porque, francamente, me gusta el interior del Grand C4 Picasso. La novedad bajo el capó es el motor de gasolina PureTech 130 con la caja de cambios EAT6. El único motor disponible para la prueba en el «Grand» es el BlueHDI 150, un motor conocido, pero que sigue cumpliendo bien su cometido, gracias a su relativa discreción, pero también porque es muy par. Por supuesto, el nuevo Grand Scenic puede eventualmente pretender ser mejor (el Renault produce 160 CV a 4.000 rpm y 380 Nm a 1.750 rpm con su 1.6), mientras que el Citroën aún necesita un 2.0 para producir 150 CV a 4.000 rpm y 370 Nm a 2.000 rpm. Pero si hablamos de eso, también tenemos que hablar de peso: el Grand C4 Picasso pesa 1.476 kilos, mientras que el Renault supera los 1.700. ¿Quién es el gran pavo?